A estas alturas los contratos inteligentes han contribuido a difundir el conocimiento sobre los distintos elementos que conforman esta tecnología y su potencial.
El uso genérico del término contrato nos describe una figura que tiene, sin duda, una clara proyección tecnoloógica: "contrato inteligente".
La cadena de bloques nos reporta claros beneficios a la contratación en términos de "Confianza y Confiabilidad", "Seguridad" y "Reducción de costes y Escalabilidad".
A la hora de afrontar el diseño jurídico de un negocio que cuente entre su engranajes con las tecnologías Blockchain, Smart Contracts y Criptoactivos, la vertiente tecnológica es esencial, pues su configuración inicial y sus propias limitaciones condicionarán la solución legal.
La fortaleza de un algoritmo de consenso se mide generalmente en términos de fracción de procesos defectuosos que puede tolerar. Lo recomendable es que siempre deberemos buscar un sistema de consenso que, adaptándose a los requerimientos de cada uso, resulte el más eficinete.
Al proceso de "digitalización" de activos para convertirlos en tokens mediante Smart Contracts se le denomina tokenización. El token actúa como título de propiedad y su transmisión implicaría la transmisión de la propiedad.